Hablando con mi novia, una noche de sábado por msn, y aunque años atrás pareciera increíble a esta fecha asignarle algo muy lejano a un carrete, le hice una pregunta que obviamente no estaba muy relacionada a lo que hablábamos, cosa que ocurre en un 90% de las veces que conversamos de algo (Exceptuando las veces que hablamos de temas referentes a nuestra relación, cosa que particularmente me apasiona). le pregunte si alguna vez se había confesado, creo que es una pregunta muy simple de emitir, ¿quien no se ha confesado?, por que creo que en un país católico mayoritariamente, alguien mas que yo y un par de amigos, fueron presionados por el colegio o por sus padres a hacer la primera comunión, y en términos prácticos siempre me considere un no creyente, a lo que antes lo llamaba “la paja de ir a la iglesia” hoy le puedo atribuir afirmaciones algo mas concretas. El punto es que ella me dijo, "¿con un cura?", pregunta que podremos clasificar en la gama de obvias, pero en este caso no era tan obvio, si lo pensamos hay varias personas que pueden actuar de confidente, una madre, un amigo, un perro, un libro, o en el peor de los casos una pareja. Pero me refería estrictamente a un sacerdote, o un padre, cosa que nunca termine de comprender, en el peor o mejor de los casos, según la persona, este podría ser un hermano entendiendo que el padre irremplasable de nosotros es dios, bueno pero no pretendo desviar el tema como siempre, por lo menos no en este momento. Mi novia me dijo algo que a mi abuela paterna claramente sorprendería, pero a mi no, estaba mas relacionado con este tipo de personas que con gente como mi estimada abuela Lila Barrales, “solo una vez”. En mi caso había sido igual, solo me confirme antes de hacer la primera comunión, pero lo mas crítico aun es que ni siquiera ahí creo haber dicho toda la verdad y no era un niño digamos 11 años, ya era todo un hombre, a lo menos creía serlo y asi lo manifestaban mis capacidades de colgarme bajo la biga de la construccion de mi casa en ese entonces con tal fuerza que no recuerdo una sola vez haber caido como típicamente caian los niños a jugar con cosas peligrosas. Luego creo haber llegado al grano, el grano mas contundente y que en otras ocasiones de la vida cotidiana podría tratarse de horrible, en este caso mas bien certero y agradable. le pregunte si guardaba secretos, a lo que respondió con su siempre relajado y frecuente monosílabo no. No comprendía su relajo y mas aun no entendía la posibilidad de que esto fuera cierto, uno tiende a tildar de falso o imposible a aquello que nunca le ha tocado vivir como primera persona. Yo si guardo muchos secretos, tantos que a veces creo heredar la situación de mi abuela que tras poseer un tumor maligno en su cabeza y una diabetes terminal, falleció, el doctor, como todo buen medico descontento de su exactitud y de lo que su profesión le dejo conocer, ofició de Yolanda sultana diciendo que ella guardaba muchas cosas en su cabeza, muchos secretos, y que estos se traducían finalmente en tumores, el los definió como , emociones reprimidas. Que inteligente sujeto, una inteligencia empírica pero inteligencia al fin.
Mi polola me pregunto si alguna vez pretendía contarlo todo, y fue cuando un pánico me entro por las manos tras impactar el enter del teclado para enviar un smile de diablito. "Creo que se lo contaré a mi hijo cuando yo este postrado en cama antes de morir", le dije casi en modo de broma, de esas bromas que juegan entre lo real y la buena talla, como toda buena película familiar o teleserie venezolana, nada en contra del pueblo venezolano en particular, es solo que guardo en mi mente a Esmeralda, gata salvaje y otras casi en el mismo rango de estúpido cupido, adrenalina y marrón glaseé. Y creo haber leído una de esas frases que son como todo osado peón arremete en un jaque frente a la reina en el ajedrez: “¿y si te mueres antes?”, que inteligente criatura, siempre me sorprende con este tipo de cosas, como toda mujer impredecible. Tras masticar la pizza que había quedado del día anterior luego de nuestra visita nocturna a mi casa, le dije que ya encontraría la forma de Hacérselos saber sin que me vieran, no soy algo parecido a Bruce Willis en sexto sentido ni pretendo serlo, pero me parece entretenida la idea de molestar a gente que seguramente tendrá como yo la característica de guarda secretos, o como aquel inteligente doctor-gitano mencionó al practicar una especie de extra-diagnóstico a mi abuela: poseedor de emociones reprimidas.
Mi polola me pregunto si alguna vez pretendía contarlo todo, y fue cuando un pánico me entro por las manos tras impactar el enter del teclado para enviar un smile de diablito. "Creo que se lo contaré a mi hijo cuando yo este postrado en cama antes de morir", le dije casi en modo de broma, de esas bromas que juegan entre lo real y la buena talla, como toda buena película familiar o teleserie venezolana, nada en contra del pueblo venezolano en particular, es solo que guardo en mi mente a Esmeralda, gata salvaje y otras casi en el mismo rango de estúpido cupido, adrenalina y marrón glaseé. Y creo haber leído una de esas frases que son como todo osado peón arremete en un jaque frente a la reina en el ajedrez: “¿y si te mueres antes?”, que inteligente criatura, siempre me sorprende con este tipo de cosas, como toda mujer impredecible. Tras masticar la pizza que había quedado del día anterior luego de nuestra visita nocturna a mi casa, le dije que ya encontraría la forma de Hacérselos saber sin que me vieran, no soy algo parecido a Bruce Willis en sexto sentido ni pretendo serlo, pero me parece entretenida la idea de molestar a gente que seguramente tendrá como yo la característica de guarda secretos, o como aquel inteligente doctor-gitano mencionó al practicar una especie de extra-diagnóstico a mi abuela: poseedor de emociones reprimidas.
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